Vendimia manual en pequeñas cajas de 12 kilos para mimar al máximo la fruta. El prensado directo al llegar a bodega y la fermentación y crianza en barricas de 600 litros con sus propias lías, aporta al vino una complejidad y carnosidad muy característica. La añada 2018 se caracterizó por un invierno con muchas Precipitaciones, lo que benefició al viñedo tras la escasez de lluvias del año anterior. El ciclo se desarrolló paulatinamente sin alteraciones meteorológicas, Llegando la brotación en el mes de abril. Un verano seco y tardío garantizó una óptima maduración. Nariz con alma de blanco y una boca sorprendente con una
acidez salina muy marcada. Volumen, grasa, estructura y un final elegante y persistente.